sábado, 19 de noviembre de 2011

Adviento 2011. La vida, compartida, es más







Escucha, contempla, navega, movilízate...
Siempre andamos de acá para allá... como si nos fuera la vida en todo lo que hacemos, hasta lo más insignificante, y no nos damos cuenta de que es la propia prisa la que se lleva nuestra vida...
El Adviento nos invita a escuchar, a contemplar, a navegar y a movilizar nuestro día a día.
Escuchar a Dios, también a los otros (que son como las sucursales de Dios para nosotros), atender a su palabra. ¿Ves lo fácil que es descolgar un teléfono, coger una llamada? Pues Dios nos lo pone a huevo todos los días... pero no siempre estamos dispuestos... nuestra "línea" está caída, o sobrecargada.
Contemplar los signos que nos va dejando... como los Magos la estrella, para saber y aprender a verle hasta en las más pequeñas cosas y en los más pequeños gestos.
Navegar, como navega el marinero confiado en las estrellas... hacia el fondo... sabiendo que al final Él se encontrará con nosotros, que no siempre le encontramos.
Y movilizar. ¡Movilízate! Porque una vida parada no conduce a nada. Hace falta también lo concreto, el compromiso real.
Y todo, porque Dios se hace pequeño, se entrega en pequeño, se da en pequeño para que podamos comprender la grandeza de la pequeñez, y la pequeñez de su grandeza.
Fuente:
http://www.jovenesdehonianos.org/adviento.html

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